domingo, 26 de junio de 2011

Preámbulo a una introducción del Haiku

Bashoo es el gran maestro. Después de su muerte el género se populariza, pero también se hace más trivial. Lo cual es muy lógico, debido a la simplicidad de la estructura del poema y a su sencillez -todo el mundo puede escribir haikus-; de forma que, con frecuencia, pasó a ser un simple juego lingüístico, perdiendo calidad y altura. De este estado de postración salió el género gracias a los dos grandes haikuistas (haijin) después de Bashoo: Yosa Buson e Issa Kobayashi. El primero era además pintor y nos ha dejado hermosos haikus acompañados de acuarelas (sumie) que solían ilustrar el poema. Pero tanto Issa como éste no tuvieron demasiada repercusión en el público de su época. Sólo en 1896 Masaoka Shiki denunció el estado de decadencia en que se hallaba esta forma y enfatizó en la necesidad de renovar el lenguaje. De aquí se abren dos posibilidades para el haiku moderno, o seguir la métrica tradicional o ensayar el verso libre. Dos casos contrapuestos serían los de Takahama Kyooshi y Ozaki Hoosai.Un ejemplo de éste último con ruptura del esquema habitual y sin estación sería:

Ido no kurasa ni
waka kao o müdasu

En la penumbra de un pozo
reconozco mi cara



Fragmento de la introducción de "Cincuenta Haikus" de Issa Kobayashi

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