domingo, 6 de junio de 2010

La costa de Cavafis


Grises


Mirando un ópalo casi gris
recordé unos hermosos ojos grises
que había visto hará unos veinte años...

Nos amamos un mes.
Marchó después a Esmirna, creo,
a trabajar allí y no nos vimos más.

Se habrán empañado -si vive- aquellos ojos;
ajado estará aquel rostro hermoso...


Guárdalos tú, memoria mía, como eran.
Y cuanto de mi amor puedas, memoria,
cuanto puedas, tráemelo de nuevo
esta noche.